La Articulación Agro é Fogo, denuncia públicamente la gran incidencia sistemática y orquestada de incendios provocados en todo el territorio nacional, generando grandes impactos sobre los seres humanos, la fauna y la flora en los diferentes biomas de Brasil.
Estos incendios han dejado enormes cicatrices, especialmente en comunidades tradicionales y pueblos indígenas, agravadas con la llegada de la sequía. La mayoría de las comunidades no tienen equipos ni recursos y, aunque brigadas voluntarias y autoorganizadas han estado luchando valientemente contra los incendios provocados, las cicatrices son graves. Esto ha afectado el patrimonio genético de los territorios y sus formas de vida, como casas, lugares sagrados, espacios comunitarios, cultivos, jardines; impactando directamente la seguridad alimentaria de las personas, desertificando la tierra y amenazando las cuencas hídricas de Brasil.
Las comunidades tienen entonces que hacer frente a dos problemas: los incendios y la sequía, lo que empeora aún más su salud, con problemas respiratorios, cardíacos y psicológicos. Como dice el líder indígena de Rondônia, Adriano Karipuna: “No es una simple gripe o un resfriado, es que el clima es seco. ‘Bebe mucha agua’, eso nos dicen. Entonces, no hay solución, tanto para contener el fuego, el incendio provocado, como para solucionar el problema que viene sufriendo la gente a causa del humo, porque inhalar este humo tóxico causa un daño horrible a cualquier ser humano. Y los hospitales [están] cada vez más abarrotados de nuestra gente”.
Además de las acciones de la Secretaría del Medio Ambiente, es necesario que la Secretaría de Salud destine recursos y amplíe las políticas de salud en conjunto con los municipios y el gobierno estatal, tomando medidas para brindar asistencia inmediata a la población, especialmente a los pueblos indígenas y comunidades tradicionales, personas menos atendidas por el sistema de salud pública.
Resaltamos también que los incendios son una de las principales causas del cambio climático que paulatinamente ha ido afectando al país. Y en los últimos años, sus efectos han crecido exponencialmente. Biomas como Pantanal, Amazonas y Cerrado, comenzaron a sufrir pérdidas de sus reservas de agua, reducción del volumen de los cuerpos de agua e incluso la muerte de algunos ríos, además de la irregularidad, en los últimos años, de las lluvias esparcidas por ríos voladores. Este escenario de estrés y conflicto hídrico son algunas de las consecuencias del cambio climático acelerado por el agronegocio que avanza sobre los territorios, convirtiéndose en una de las principales causas de incendios, orquestando incendios, deforestación y acaparamiento de tierras, superando los datos de incendios en 2020.
Este año, diez ciudades de las regiones Norte y Centro-Oeste concentran el 20,5% de los incendios que azotan el país desde principios de año, según el INPE: São Félix do Xingu (PA, 17,1%), Altamira (PA, 13,6%), Corumbá (MS, 11,7%), Novo Progresso (11,6%), Apuí (AM, 11,6%), Lábrea (AM, 9,3%), Itaituba (PA, 7,5%), Porto Velho (RO, 7 %), Lagoa da Confusao (TO, 5,8%) y Colniza (MT, 5,6). Precisamente la “zona del arco de la deforestación”, donde también se planifican proyectos de infraestructura del PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento), que podrían traer más consecuencias al medio ambiente y a las comunidades.
Aunque los esfuerzos por recaudar fondos para la agenda ambiental y climática del gobierno son visibles, el objetivo está lejos de lograrse. Datos del Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC) advierten sobre la continua falta de inversiones relacionadas con políticas socioambientales y climáticas en Brasil: “Balance semestral del Presupuesto de la Unión (enero a junio de 2024)” (https://inesc .org.br/balanco-semestral-do-orcamento-da-uniao/). Es fundamental que las instituciones gubernamentales utilicen todos los fondos asignados para combatir incendios. Vale señalar aquí que PrevFogo, principal estructura federal del país en materia de combate directo a incendios forestales y quemas no autorizadas, tiene más del 70% de su presupuesto sin comprometer ni ejecutar.
Las imágenes e historias reportadas son muy impactantes y, como ya han demostrado los investigadores, estamos al borde de un colapso climático, lo que requiere esfuerzos redoblados por parte de los organismos públicos a nivel federal, estatal y municipal. Por lo tanto, es necesario que las autoridades tomen medidas, especialmente el ICMBio, el IBAMA, la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas, el MPI y la Policía Ambiental. Es fundamental que los incendios criminales, utilizados para provocar deforestación y destrucción de la biodiversidad, intencionalmente, promoviendo el terrorismo ambiental, sean rápidamente investigados, y los responsables sean multados, amonestados, arrestados y, en caso de reincidencia, se realice la expropiación de sus tierras para su reconversión en un área de preservación permanente, destinada a la reforma agraria y a las comunidades tradicionales. Personas también perdieron la vida sin que nadie rinda cuentas, por lo que exigimos una adecuada investigación y sanción de los casos.
Las comunidades también necesitan apoyo de emergencia, suministro de agua potable y alimentos. Para estas acciones es importante la asignación de recursos públicos, con un aumento del presupuesto público. Y, para acciones de emergencia: el programa de almacenamiento y distribución de semillas y plántulas de plantas frutales y forestales; para la reforestación de áreas degradadas, la construcción de sistemas agroforestales; la recuperación de manantiales, el cauce del agua y la protección de los ríos. Desarrollar programas, a nivel nacional, de cisternas para almacenar agua durante las sequías, que cada año son más frecuentes. Además de acelerar e implementar la demarcación de tierras indígenas y quilombolas, así como los asentamientos para la población sin tierra, acciones que afectarán concretamente a la conservación de los territorios y a combatir el cambio climático.
Los biomas son territorios sagrados de vida que, consumidos por el fuego, queman alimentos, fauna, flora, suelos, viviendas, lugares sagrados, soberanía alimentaria. Queman el modo de vida de las personas, queman la esperanza.
Es necesario recuperar tierra, agua, alimentos, proteger y dar esperanza a la vida. ¡El futuro es ahora!
Articulación Agro é Fogo
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