¡Más de 50 votos, apoyados por una narrativa pulverizada por la ideología del agronegocio, lograron dar un paso más hacia el perverso deseo del capital de desmembrar una lucha histórica de conservación! Con brazos en el Senado, el Proyecto de Ley de la Devastación (PL 2159/2021) fue aprobado en las últimas semanas y está a punto de abrir de par en par las puertas a la destrucción de nuestros biomas, territorios, comunidades y sus tecnologías ancestrales.
El relajamiento de las reglas para la licencia ambiental tiene un alto potencial destructivo para el avance de conflictos en el 32,6% de las Tierras Indígenas y el 80,1% de los Territorios Quilombolas (TQs) en Brasil, según información de una nota técnica publicada por el Instituto Socioambiental (ISA). Esta destrucción también está asociada al fuego, únicamente en lo que respecta a los incendios criminales. El Dossier Agro es Fuego, por ejemplo, revela que el fuego es utilizado como un arma para consolidar la apropiación ilegal de tierras y la deforestación, especialmente para la expansión de la frontera agrícola.
Casos como los incendios en haciendas controladas por fondos de pensiones internacionales en Matopiba, donde miles de hectáreas fueron quemadas, demuestran cómo el fuego se emplea para encubrir la invasión de tierras públicas y crímenes ambientales, además de preparar áreas para pastizales o monocultivos. En Mansidão, Bahía, 8.500 hectáreas fueron quemadas entre agosto y octubre de 2020 en haciendas vinculadas a fondos de pensiones, impactando directamente a cerca de 400 familias de comunidades tradicionales. En Piauí, la Hacienda Coelho, también asociada a esos fondos, tuvo más de 8.600 hectáreas de área forestal destruidas por incendios. Estos datos refuerzan que el fuego criminal es una herramienta estratégica para la expansión del agronegocio y la minería, con graves consecuencias ambientales y sociales.
La ausencia de un control riguroso y la impunidad que puede derivar de la falta de una licencia ambiental robusta pueden alentar aún más la acción de criminales que ven en el fuego una forma de expulsión de comunidades tradicionales de sus territorios, así como de expandir sus intereses en la financiarización de la naturaleza. Al facilitar la permanencia del agronegocio en los territorios ocupados por comunidades indígenas, campesinas y quilombolas activas en el combate a los incendios, el PL no solo amenaza modos de vida y culturas, sino que también busca desarticular importantes fuerzas de protección ambiental y territorial.
No podemos dejar de señalar que la devastación también atraviesa instancias que muchas veces contribuyen al apoyo a las comunidades. El PL reduce el poder técnico del Consejo Nacional del Medio Ambiente (Conama) y, al permitir la licencia en Unidades de Conservación (UCs) sin consulta previa, debilita la actuación multidisciplinaria del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio).
En este Día Mundial del Medio Ambiente, Agro es Fuego reafirma el compromiso de articulación en la contribución a la conservación de los biomas y la defensa de los derechos de los pueblos y comunidades que los habitan ancestralmente, así como repudia vehementemente la aprobación del Proyecto de Ley de la Destrucción y sus narrativas estructurales, que representan un retroceso en la lucha histórica de las comunidades por la conservación de la naturaleza.
Es fundamental que la sociedad se movilice contra el Proyecto de Ley de la Devastación, un proyecto que ignora la urgencia climática y los impactos sociales y ambientales de sus propuestas, atendiendo solamente a una narrativa: la del agronegocio. Luchar contra el PL es luchar por la vida, por la justicia socioambiental y por un futuro para todos.
Articulação Agro é Fogo
Sitio: https://agroefogo.org.br/
Instagram: https://www.instagram.com/agroefogo/
Contacto: agroefogo@gmail.com